Puede que estés participando en protestas pacíficas en defensa del medio ambiente. Si es así, convertirte en Protector/a de la Tierra tiene un valor especial para ti:

Proporciona ante los tribunales una prueba inicial de que tú no eres un/a delincuente, sino que actúas desde tu conciencia para evitar un daño (no para causarlo). Por favor, mira este video:

EL DERECHO A LA LIBERTAD DE CONCIENCIA

Todos tenemos el derecho humano de actuar de acuerdo con nuestra conciencia y con nuestras creencias profundamente arraigadas, siempre y cuando no estemos perjudicando o poniendo en peligro a otros al hacerlo (artículo 9 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos).

Este derecho fue promovido pacíficamente durante décadas por los objetores de conciencia del siglo XX que vieron el daño que causa la guerra y no quisieron formar parte de ella. Cuando nuestra conciencia se nutre de una investigación científica sólida y del deseo de proteger a la humanidad y a la Tierra del daño, ejercer este derecho no sólo está justificado sino que es un acto de necesidad moral.

En el siglo XXI, los Protectores de Conciencia no sólo se niegan a participar en el daño que se inflige al mundo natural, sino que se sienten obligados a realizar acciones directas no violentas para que éste no se produzca.